Hoy me mudé con dos abejitas locas a nuestro nuevo hogar en Seúl. No puedo dejar de mirar el ventanal que ilumina hasta el último centímetro (tampoco son muchos;) del apartamento. Siempre con las cortinas abiertas. Con una infinita colmena de rascacielos y ventanitas encendidas enfrente observándonos. No me importa pero que entre, que entre la luz. Y si nos quieren ver vivir el tiempo de nuestras vidas que nos vean y disfruten.
Descargué las fotos y vi de golpe todo lo que ha pasado en un par de meses. No sabría por dónde empezar a contaros así que simplemente subí unas pocas capturas del móvil sin calidad quizá para vosotros pero que hacen que respire más despacio. Son solo los primeros días de un viaje que me cambiaría por dentro entera.
Un besito de buenas noches en horario coreano, mañana empiezan las clases!
Paula
1 comentario:
No puedo evitar, el vuestro siempre será uno de mis blogs favoritos. No sólo porque transmitís buen rollo, sino porque lo que compartís, a mí parecer, se asemeja a mirar una gran aventura por una ventanita. Y despierta las ganas de aventuras en una misma!
Gracias :)
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